Dado un target seleccionado debemos analizar si nuestro producto o servicio es objeto de conversación entre nuestro público objetivo.
La respuesta a esta pregunta es fundamental.
Nadie habla de productos con mucha rotación que son de pequeño valor añadido y muy habituales en el consumo.
No olvidemos que el “virus”, el “rumor provocado”, se basa en los aspectos más sociales de nuestros clientes, en sus relaciones comunes, y desde este punto de vista, el producto o servicio debe ser integrable en la posible comunicación interpersonal para que se propague con eficacia.
Por ello tienen mayor trascendencia los productos innovadores, los llamativos, los caros, los que requieren experiencia personal o productos y servicios que implican socialización, como los relacionados con el ocio.
Esto no quiere decir que no pueda ser usado para actividades tipo B2B ya que al final si nuestros targets dentro de determinada industria se relacionan entre sí, un pequeño núcleo que genere comunicación entre sí, muchas veces es sumamente interesante, sobre todo si se trata de un sector de tecnología, información o especialización compleja.
Marketing Viral, cada persona importa 
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